A la hora de contratar y configurar nuestro servicio de radio streaming, siempre nos encontramos con términos que quizás no están del todo claros. En este post, vamos a aclarar lo que significa y nuestra recomendación de configuración de cada uno de ellos.
Mono/estéreo
Esta opción permite configurar el flujo de audio en 1 ó 2 canales. Como tenemos 2 oídos, desde 1960 las emisoras comerciales de radio que emitían también música diseñaron y empezaron a usar una subportadora que permitía multiplexar 2 canales de audio independientes y decodificarlo en destino. De esta forma, podemos escuchar por cada oído un audio diferente, permitiendo una mayor riqueza de sonido y separando los diferentes instrumentos musicales en una imagen sonora que permite diferentes posiciones.
En el caso del servicio de streaming, si vamos a emitir principalmente voz y lo hacemos a bajo bitrate (48 ó 64kbps), recomendamos emitir en mono. Si lo hacemos a 128kbps, en estéreo. Ya que al configurar el servicio para una codificación de 2 canales, la calidad de emisión (bitrate), se dividirá en 2. Es decir, si configuramos una señal 2.0 (2 canales, estéreo) a 128kbps, tendremos 2 señales a 64kbps, una para cada canal.
Si usamos bitrates inferiores, por ejemplo 64kbps, tendremos 2 canales de 32kbps y puede resultar algo escaso, al menos para la codificación en MP3, ya que en AAC+ la calidad mejora.
Por ello, si estamos codificando en bitrates bajos (48 ó 64kbps) y especialmente en MP3, y nuestra emisión es mayormente de voz, recomendamos hacerlo en mono, ya que el resultado será más limpio.
Bitrate
Es lo que coloquialmente llamamos «calidad de emisión», ya que a mayor bitrate, tendremos una señal mejor definida y por lo tanto, de mayor calidad de sonido. A mayor bitrate, más muestras por segundo se obtienen del audio, por lo que la calidad es mayor. Sería lo equivalente a los megapíxeles de una foto, en la que tenemos más píxeles de una misma foto. Y cuantos más tengamos, más definida estará la imagen. En el caso del audio, es muy similar.
Como indicábamos en el anterior punto, si queremos transmitir mayoritariamente voz, es un tipo de audio que no necesita tanta definición, al no ser un audio muy complejo. Y a pesar de recoger menos muestras por segundo, el audio será bastante bueno. En el caso de música, al ser un audio más complejo y con mayor riqueza de frecuencias, necesitaremos más muestras por segundo para obtener una calidad sonora mayor.
Lo que hay que tener en cuenta es que a mayor bitrate obtendremos mayor calidad de sonido, pero a costa de mayor consumo de datos. Es decir, tendremos más muestras por segundo, pero esto ocupa más, por lo que el ancho de banda necesario tendrá que ser mayor. Esto hace que en los distintos planes de streaming que ofrecemos, a mayor bitrate, también sea mayor el precio, al realizar un consumo mayor. Es cómo si las películas mostraran solamente 2 fotogramas cada segundo. No veríamos en realidad una película sino una sucesión de fotos, pero no una película como tal.
Para solucionar, en parte, este problema, en 1997 se lanzó el formato AAC que obtenía mejor rendimiento con menor bitrate. Un formato que ha ido mejorando hasta el actual AAC+ v2 que obtiene buena calidad de sonido con menor bitrate. Famosas aplicaciones como Spotify usan este formato, y cada vez está obteniendo mayor compatibilidad, acercándose poco a poco a la máxima compatibilidad del clásico MP3. Existen más codecs también muy eficientes, aunque con mucha menor aceptación y compatibilidad.
Por todo ello, es importante seleccionar nuestro servicio de streaming en base al bitrate que mejor se adapte a nuestro tipo de emisión.
Samplerate
También conocido como frecuencia de muestreo. Independientemente del bitrate contratado, podemos configurar nuestro equipo codificador con la frecuencia de muestreo que mejor se adapte a nuestro tipo de emisión. De las muestras capturadas por segundo (bitrate), podemos capturar muestras de mayor o menor rango de frecuencia. Si tenemos pocas muestras, pero de un rango de frecuencias bajo, tendremos mejor resultado. Para un rango de frecuencias alto, necesitaremos muchas muestras por segundo para conseguir una buena calidad de sonido. Si nos ponemos físicos, diremos que tiene que ver con la teoria de Nyquist.
El oido humano puede percibir hasta 20000 – 22000 herzios de frecuencia (es decir, ondas que suben y bajan hasta unas 20000 veces en un segundo).
Y esa teoría dice (más o menos) que para no notar saltos en la continuidad de la señal y no perder frecuencias y así poder reconstruir la señal original hay que tomar el doble de muestras de la frecuencia máxima que se puede percibir.
Entonces, para poder pillar los máximos sin saltos y sin perdida en la percepción del oido humano hay que duplicar ese numero, con lo cual nos salen 44100Hz.
Pero como indicábamos anteriormente, para esa cantidad de información, necesitaremos un mayor número de muestras por segundo (bitrate). Habitualmente, en MP3, en calidad de emisión de 128kbps podemos configurar un samplerate de 44100Hz. Pero en calidadades inferiores, como 48 ó 64kbps, al tener menos muestras por segundo, el resultado será más limpio con un samplerate inferior.
Por ejemplo, la radio FM tiene un ancho de banda de 15000Hz, por lo que necesitaríamos codificar a 32000Hz para lograr una calidad similar, perdiendo las frecuencias más altas, que se reservan para los pilotos de estéreo o RDS. Por lo que si codificamos en nuestra señal online a 44100Hz, estaremos obteniendo una calidad superior a la FM.
CONFIGURANDO EL SOFTWARE
Si usamos BUTT como software codificador, o sería lo mismo con cualquier otro software o hardware codificador, deberemos de elegir tanto el bitrate como el samplerate, además del codec (MP3 o AAC). El bitrate deberá de ser siempre, como máximo, el contratado. Y el samplerate es seleccionable, obteniendo distinto resultado dependiendo de lo establecido. Para samplerate altos (como 44100Hz), es recomendable un bitrate de al menos 128kbps en MP3, siendo también recomendable reducir la frecuencia de muestreo cuanto más bajo sea el bitrate.